El Concejo analiza el Plan de Ordenamiento Territorial (POT)

24 agosto del 2014

Avanza en el teatro Pablo Tobón Uribe el cabildo Abierto, espacio para que los ciudadanos Medellín expongan sus dudas frente al Plan de Ordenamiento Territorial.

Dice Teleantioquia Noticias que “la falta de equipamientos en los barrios y las àreas rurales las principales preocupaciones”.

Y como el POT es el que rige que se hace con el territorio, y al hacer esto, decide qué se hace con las comunidades, es oportuno citar un articulo de Ciudad Comuna, que informa de las voces de aquellos que luchan por una ciudad propia, por un territorio y una memoria.

 

¡Esto no es un POT, es un peote!

no_es_un_pot_gr

Por: Carlos Amórtegui / Equipo Visión 8

Entrando a la sala principal del Teatro Pablo Tobón Uribe, se puede escuchar una oleada enardecida de gente que grita “¡esto no es un POT, esto es un peote!”. Indignados, unen sus voces en contra de la mesa de concejales de la ciudad de Medellín en uno de los encuentros programados por la campaña de Diálogos Campo-Ciudad, proyecto que es liderado y ejecutado por varias corporaciones que militan conjuntamente por el derecho a la ciudad y la defensa de los territorios en la tacita de plata.

En la mesa principal, anonadados por las exclamaciones y reclamos por parte de los asistentes a este evento, se hallan los concejales de Medellín. Aparentemente escuchan las peticiones del pueblo: “necesitamos contundentemente que nos reconozcan una vida digna a los barrios olvidados por el Estado. Nosotros no tenemos la culpa de la mala administración y corrupción por parte del Gobierno”, comenta el líder comunitario de la 8 Jairo Maya desde el atrio del recinto. Con sed de respuesta y ansias por ver un POT que verdaderamente sea incluyente, Maya, así como otros líderes comunitarios, defiende sus derechos de los que ellos han denominado como los carroñeros (concejales de la ciudad).

“Ustedes solo están presentes en nuestro barrios cuando necesitan votos o hay plata, de resto se pierden en la inmundicia corrupta o ¿por qué no escriben en una agenda las necesidades que tenemos las comunidades? ¡Por lo menos engáñenos haciéndonos creer que nos escuchan!”, pregona levantándose desde su asiento Shara, otra lideresa comunitaria de la 8. En ese preciso momento toma la palabra Efrén Taborda, lo hace para exponerles a los mandatarios las problemáticas relacionadas con la ausencia del acueducto en barrios como Las Golondrinas; cuando un hombre adulto se levanta del público y grita “con el arte también nos quejamos”. En ese instante, entra un grupo musical artístico que mediante perfomance y papayeras manifiestan su inconformidad en contra del Plan de Ordenamiento Territorial. Una vez más, la algarabía toma posesión.

De esta manera, es como transcurre la audiencia pública que se dio a las 10 de la mañana este 24 de agosto. Finalmente y en medio del silencio fúnebre por parte de los representantes del Estado, la comunidad se manifestó mediante la palabra tanto escrita como oral, expresiones musicales y artísticas en contra de un proyecto gubernamental que lo único que busca es ahogar las voces de aquellas y aquellos que luchan por una ciudad propia, por un territorio y una memoria.

Fotografías de: Fernando Ramírez / Equipo ComúnAudiovisual

 

***

Y en una nota de El tiempo, dice el gremio de la construcción, que espera el nuevo POT les beneficie:

Nuevo POT descongelará construcción en Medellín

el POT de Camacol

Los constructores confían en que el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que se discute en el Concejo, le devuelva a la ciudad la participación que perdió en el sector, en los últimos cinco años.

Esa ilusión sería realidad cuando el nuevo modelo territorial empiece a regir, pues el actual va en contravía de los intereses de los empresarios y tiene restricciones en muchas zonas estratégicas.

Esos factores, según el gremio, causaron que en Medellín se congelara el negocio inmobiliario.

Eduardo Loaiza, director de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), dijo que aunque Antioquia ganó participación inmobiliaria, la capital del departamento, por el contrario, perdió.

También lo dicen las cifras. Hace cinco años, Medellín tenía una participación del 65 por ciento, hoy es inferior al 40.

Mientras tanto, otros municipios se beneficiaron. Por ejemplo, Rionegro (oriente), hace cinco años vendía 500 viviendas nuevas y el año pasado negoció 2.500.

Bello (Aburrá norte), por su parte, es el municipio de Antioquia con más dinámica en la construcción. En el 2011, diferentes empresas edificaron allí 1.500 proyectos habitacionales, al año siguiente 2.000, el pasado 3.500 y este año superará los 4.000.

Eso se debe, explicó Loaiza, a que mientras esas zonas facilitaron la llegada de la inversión, Medellín prohibió la construcción de viviendas en muchas zonas planas y estables, con buena infraestructura de servicios públicos y de movilidad.

A lo que se le suma, que el POT exige planes parciales, proyectos que tardan hasta siete años. “Ese modelo aprueba proyectos, pero no en la medida que la ciudad los requiere. Lo que desestimula el sector, Medellín no suple la demanda porque el modelo territorial no se lo permite”, aseguró.

Sin embargo, eso cambiaría con las 426.000 nuevas viviendas que proyecta la actualización del plan durante su vigencia (12 años).

Por ello, los empresarios esperan que la modificación del POT favorezca sus proyectos y brinde oportunidades para que participen del desarrollo urbanístico.

Entre tanto, Jorge Pérez, director del Departamento Administrativo de Planeación, entidad que lidera el plan, dijo que el proyecto, ayudará a que el sector inmobiliario se dinamice y contribuya en el desarrollo urbanístico que este traza.

Es decir, un crecimiento hacia adentro y no hacia las laderas, con más espacio público, zonas verdes y sistema de transporte sostenible.

Este plan, explicó, propone duplicar los indicadores del espacio público, viviendas seguras, regular la construcción, incentivar la innovación y fortalecer la capacidad de la Administración para monitorear y controlar el desarrollo.

“Hemos hecho un esfuerzo para construir un plan que supla las necesidades de la ciudad y que sea atractivo para el sector privado”, agregó el funcionario.

Asimismo, dijo que el POT vigente tiene muchas restricciones en cuanto a aprovechamiento del suelo, por lo que el nuevo ofrece alternativas más equilibradas, atractivas para la inversión y al mismo tiempo un balance de equidad territorial.

Mientras tanto, los empresarios esperan que este proyecto, que será discutido en el Concejo en los próximos tres meses, descongele el sector en la ciudad para que recupere la participación que tenía cinco años atrás.

DEICY JOHANA PAREJA M.
MEDELLÍN

 

***

Además, en el mismo periódico El Tiempo, sale un articulo escribiendo sobre la preocupación de los habitantes de Medellín con el POT:

Planes urbanísticos del POT preocupan en barrios populares

A casi dos meses de la aprobación del POT en las comunas temen por el desarrollo de la ciudad.

medellín, en desacuerdo con el POT

Habitantes de barrios populares de Medellín temen por un posible desplazamiento por las obras de renovación urbana y de infraestructura que propone el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT), el cual definirá el futuro de la ciudad en los próximos 12 años.

Por esa razón piden a los concejales que en los ajustes del POT –que aprobarán el próximo 26 de octubre– incluyan estrategias de protección a moradores frente a esos proyectos.

Gina Bustamante, habitante de Manrique es una de las que hace esa exigencia.

Aseguró que la desconfianza se debe a que casi siempre, los residentes y comerciantes sufren las consecuencias del desarrollo. “Se vio con el tranvía, el metroplús y con la apertura de nuevas vías” , protestó.

Esa petición la conoce muy bien la concejal Aura Marleny Arcila, coordinadora de ponentes del proyecto territorial, quien aseguró que para muchas personas de barrios populares el modelo territorial es sinónimo de destierro y creen que las principales amenazas son el proyecto Parque vial del Río, el Jardín Circunvalar y los corredores ambientales de Santa Elena y La Iguaná.

La experiencia de la ciudad muestra que las administraciones no son cuidadosas con los perjuicios que las obras puedan causar a los habitantes, aseguró Arcila.

A la vez, dijo, “habrá ajustes en el documento para que los moradores sean reubicados en su barrio, en caso de desplazamiento”.

Igualmente, aclaró que el Cinturón Verde –proyecto que bordea la ciudad y que busca frenar su expansión en las laderas y conectar los barrios– lleva dos años de ejecución sin desterrar a nadie, por lo que para ella es más el temor que el riesgo.

Pero el concejal Carlos Mario Uribe, opinó que esos megaproyectos podrían valorizar la tierra y aumentar los impuestos y el estrato de las comunas. “Eso obligaría a las personas a irse de sus territorios”, agregó.

Por su parte, Jorge Pérez, director de Planeación, entidad que estructuró el POT, aseguró que los megaproyectos causan preocupación porque son innovadores.

“La Administración demostrará que no son un salto al vacío sino una certeza para desarrollar la ciudad” , dijo Pérez.

Según sustentó, los macroproyectos no son solo grandes obras, como muchas personas piensan, sino que son unidades de planificación que definen criterios, normativas y estructuras urbanas. “Ahí está la confusión. La gente interpreta el megaproyecto como una gran obra que va a tumbar y a rehacer. No hay riesgo mayúsculo de desplazamiento”.

Sin embargo, reconoció que la Alcaldía hizo obras acertadas que protegieron a los moradores, pero que también hubo otras con dificultades.

Otra de los puntos del proyecto territorial que preocupa en los barrios, es la mezcla de los usos del suelo: lo comercial y lo residencial en la misma zona. La razón radica en que las personas podrían perder la tranquilidad en sus sectores.

La movilidad sostenible que propone el plan, prioriza al peatón, al ciclista y al transporte masivo en vez del privado. Eso también tiene inconformes a muchos ciudadanos porque la cultura ha privilegiado a los carros.

En los corregimientos reclaman a la Alcaldía que controlen la expansión urbana en las laderas. Esto debido a que las comunas penetran dentro de los límites rurales de Medellín.

Pero hay más. En los barrios exigen equipamientos, servicios públicos y la legalización de predios de zonas de invasión. Paradógicamente, también exigen control en áreas de alto riesgo –en las que están asentados– y suplir el déficit de vivienda que hay en la ciudad.

Sobre las preocupaciones, el director de Planeación aseguró que están ajustando el modelo territorial, el cual será revelado en octubre.

Con todo, Pérez sostiene que las personas coinciden en que quieren una ciudad compacta, equilibrada sin expansión en las periferias, que crezca hacia adentro.

DEICY JOHANA PAREJA M.
Redactora
MEDELLÍN