Anecdotario entre mangas y aceites

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Esto era lo mas de lindo, puro campo.
Por las mañanas, en vacaciones, los niños del lugar corrían a jugar en las mangas de los novillos y de los caballos, La empresa proleche tenía algunos cercanos a las orillas del río Medellín […] el lecho desprendía algunos meandros que se metían por entre la maleza que lo bordeaba.

Naranjal estaba lleno de gente trabajadora. de obreros, en su mayoría vinculados a las textileras citadinas, en especial a tejicondor que identificaba y daba vida al barrio.

Casi todos llegamos del suroeste, del occidente y de algunos pueblos del oriente cercano.

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Los chepos, un grupo familiar que siempre ha tenido asiento en Naranjal, ha sido uno de los mas mencionados del sector
El Gallero fue uno de los tantos personajes que tuvo Naranjal. Entrenaba las aves para participar en las peleas que había en el Hipódromo San Fernando
Una de las casas mas viejas y significativas de Naranjal es la de los Vargas. Allí se mezclan arbitrariamente varios estilos arquitectónicos “la casita es colonial, china, parece también un bar. Es rarita mas bien, antigua ella […] Cada que el padre de los Vargas estaba inspirado, levantaba un pedazo de edificio”. Por eso la vivienda es una suma de impulsos e imaginaciones.

“Hace diez años hubo problemas cuando murió Don Domingo [José Domingo Garcés] porque apareció una cantidad de gente a pelearse la herencia. Creo que hasta el municipio tituló para sí parte de las tierras, dado que el señor nunca pagaba impuestos, muchas veces porque no sabía que los predios le pertenecían”.

“Resulta que cuando se iba a construir la iglesia evangelista de Suramericana, el padre nos extendió la invitación para que participaramos en la idea. Prestamos nuestra colaboración, se hicieron verbenas, reinados, los hombres trabajaron parejo en la edificación”, pero apenas concluyó la obra y a su alrededor creció un vecindario de personas más pudientes, quienes se partieron los hombros, cargando adobes y preparando mezcla, no pudieron volver.

El único taller que existió siempre en Naranjal fue el de Don Jesús Tirado, más conocido como Don Chucho.

En Arrabal (barrio vecino, sobre el costado sur de San Juan, entre la carrera 65 y la Autopista sur) vivían personas de menores recursos económicos.

El Colombiano. Martes 8 de Junio 1993