tejicondor
Siempre en la pared amarilla afuera del parqueadero de Juanchito veíamos a un señor debajo de su carpa y sentado en su tronquito, todos los días, al sol y al agua. Un día nos animamos a pedirle que se dejara grabar, y resultó que cuando aceptó era el ultimo día que don Rogelio García trabajaba en El Naranjal.
La que llaman la “invasión” de talleres que de Barrio Triste pasaron a Naranjal hace 30 años, se convirtió en el inicio del proceso de identidad de un barrio reconocido por sus calles aceitosas, hombres de ropas grasientas y manos tiznadas, y perros callejeros que tienen hasta sus nombres extraviados. El Mundo, 6 de Junio de 1999
Los cincuenta hombres y mujeres de todas las edades fueron llegando de uno en uno. En sus caras de muchas edades y condiciones aparecía una emoción común: la del miedo a tener que cerrar sus negocios. El Mundo, 10 de Septiembre de 1993
63 años después del inicio del urbanismo racional sobre las tierras bajas del occidente de Medellín, aún existe un barrio que no fue diseñado, planeado.