El Naranjal, te llegó tu mala hora

Hace unos años, un domingo sino estoy mal, madrugamos a caminar y conocer (y terminar un documental pagado por la alcaldía de esa época sobre Vigias del Patrimonio) un pedacito de Medellín llamado El Naranjal. Recuerdo algunas cosas… un señor que inflaba bombas con helio, muchos bares, muchos talleres, muchos pobres en medio de la riqueza del vehículo a motor… muchas bellezas para un pequeño barrio de 3 carreras y 4 calles…

Unos años después, a principios del 2013, me entero que ese pedacito de barrio va a desaparecer muy pronto, culpa de un plan de la alcaldía de esta época (buscado por todas las alcaldías de las 2 decadas pasadas). Ante la inminencia del borrón y cuenta nueva de un recuerdo que tenía de un barrio que no es mío, había que hacer algo. No solo pasar y tomar una foto para instagram…

Comencé por hablar del barrio en las “conversas” de la Casa Creativa. No se imaginan la cantidad de cosas bonitas que nos imaginamos, pero por la rutina, la falta de presupuesto, y lo mal que manejamos nuestros raticos libres, se quedan en conversas y ya.

Por eso a la primera oportunidad, propusé un Multitoma allí. La Bambarabanda se puso sabor a una de las cuadras del sucio y loco Naranjal:

El barrio estaba igual como si el tiempo no trajera sino costumbre y mugre. Seguro los dueños de los negocios más ricos, pero la sensación de un macondo chiquito, de esa Medellín imposible y absurda pero por eso mismo hermosa, estaba intacta.

Ya todos conocían el barrio, era sino animarnos a hacer algo. Podíamos hacer un video pequeñito, que es la evolución de la foto de Instagram, o hacer un gran documental de un barrio que desaparece, que lo desaparecen los que llevan la bandera del progreso y la dignificación de una ciudad que antes fue construida a las patadas y en desorden con el sudor de la frente de sus habitantes y que ahora unos arquitectos que estudian en Europa proponen más limpia y moderna.

Así que comenzamos a bajar al barrio. Entrevistamos a la señora que nos dio electricidad para el miniconcierto de Bambarabanda. Luego con alguna líder comunal conocimos a variado personaje, y esos personajes, como en “la lleva”, nos iban abriendo otras puertas y presentado a gente más caramelos (o sea, frikies, raros, particulares, bonitos, que nunca jamás alguien volverán a nacer así).

Nuestros discos duros se iban engordando, y nosotros, en cicla, a pie, en metro, con o sin equipos, seguíamos bajando a grabar, a tomar un juguito, a comer un almuerzo (de esos ricos y baratos que venden allá). A medida que nos metíamos al barrio, pensábamos qué demonios hacer con tanto material, con historias tan lindas, con un Macondo palpitando ¿?

Hacer un mapa de humanos y puntos geolocalizados de historias de vida, algo como Interview project de David Lynch, para internet… y el ritmo en el mirar, en ver desaparecer un barrio, como En Construcción, un documental de un barrio barcelonés que lo desaparecieron…. Fue lo que propuse. Jon se puso manos a la obra con la ayuda estética de Alejandra, y las historias y fotografías de Felipe, Daniel, Jorge, Juanpa, y Diego, y claro, la plata y la dirección de Punto Link, así nació el documental web, transmedia si quieren, de: EL NARANJAL, antes que desaparezca.

el naranjal, cabezote

Despacito, sin afán, la pagina web se va llenando de historias, de enlaces, de claves para entender un barrio, su gente y sus dinámicas.

No sé si alcancen a ver, o a sentir, pero no es un proyecto de resistencia y combate ante el desarrollo, contra la alcaldía (y el famoso EDU), sino una forma de hacer memoria, historia, crónica y amistad.

El progreso ya está aquí, y parece que le estamos estorbando. Bien pueda pase, tranquilo…

Hay (muchas) cosas que no nos gustan del proyecto, y viéndolo bien, otras sí son buenas. Pero será la misma gente, los habitantes y camelladores de El Naranjal que las digan.

Nuestro afán, único, es no abandonar a los amigos de El Naranjal en el proceso, doloroso, de ceder su barrio para que los nuevos ricos de la eterna primavera lo disfruten. Eso, tal vez, nos costará unos 5 años más de vida. No importan. No importa que las cifras de reproducción y visitas sean pocas, o si la EDU (y los lideres preocupados en ganar dinero) no nos presenten atención.

Por ahora me alegro saber que salimos a grabar no porque nos ordenan o nos pagan, sino porque llevamos un proyecto en las cabezas y corazones.

Y me hace sonreír que Julián Barrientos este liderando el plan de desaparición, y su primo con menos sueldo y sin carro lujoso, Felipe Barrientos, lidere el proyecto de memoria.

E imaginarme que los futuros habitantes (de apartamentos de 400 millones) del parque residencial Nuevo Naranjal, van a tener la posibilidad de ver en un mapa “quiénes eran” los que vivían allí antes que ellos, se me hace agua la boca. Es como tener el documental del cementerio indio del lugar donde construyeron tu casa.